El chocolate es originario de México. Los aztecas lo preparaban en bebidas y platos combinándolo con distintas especias, una tradición que ha perdurado hasta nuestros días. El ejemplo más representativo del uso del chocolate en un plato principal es el mole poblano, una salsa de chocolate sin azúcar elaborada con una mezcla de varios chiles, nueces, tomates y especias.
Es poco conocido que las sopas y los guisos también juegan un papel importante en la cocina mexicana. Su variedad se caracteriza por las peculiaridades regionales y es al menos tan extensa como el territorio mexicano. Aquí les ofrecemos una sencilla receta del centro de México, donde los guisos suelen prepararse con chiles, tomates y carne de cerdo.