500 g de pulpa de aguacate Mex-Al (o 3 aguacates grandes).
1 ó 2 chiles jalapeños frescos o congelados, finamente picados
1/2 cebolla mediana, finamente picada
1 tomate mediano, cortado en dados finos
1 manojo de cilantro fresco, finamente picado
zumo de 1 ó 2 limones, al gusto
Sal al gusto
Se descongela la pulpa de aguacate o se abren los aguacates por la mitad, se les quita el hueso y se saca toda la pulpa.
Se machaca la pulpa obtenida en un molcajete (mortero) o un tazón hasta que tenga la consistencia deseada.
Se incorpora la cebolla picada, el jalapeño, el cilantro y el tomate, y se mezcla bien.
Por último se agrega el jugo de limón y sal al gusto, y se vuelve a mezclar
¡Listo está el guacamole!
Consejos:
La clave para lograr un buen guacamole es utilizar aguacates maduros, nunca verdes. Compra tus aguacates con anticipación, para que puedan madurar unos días en casa.
Un aguacate maduro se reconoce cuando al tocarlos no están duros ni muy blandos, tienen un color muy obscuro y si se les quita el rabillo, la piel se ve de color amarillo, ni verde ni café.
El guacamole debe servirse recién preparado, porque la pulpa del guacamole empieza a oxidarse y a ponerse marrón. Se pueden añadir huesos de aguacate al guacamole preparado para retrasar ligeramente la oxidación. Rociar el guacamole con jumo de limón también puede ayudar a retrasar un poco la oxidación.